Éxodo 25:10-22
“Haz un arca de madera de acacia, de dos codos y medio de largo, un codo y medio de ancho, y un codo y medio de alto. Por dentro y por fuera recúbrela de oro puro y ponle en su derredor una moldura de oro. Funde cuatro anillos de oro para colocarlos en sus cuatro patas, colocando dos anillos en un lado y dos en el otro. Prepara luego unas varas de madera de acacia y recúbrelas de oro. Introduce las varas en los anillos que van a los costados del arca, para transportarla. Deja las varas en los anillos del arca y no las saques de allí, entonces pon dentro del arca las tablas del pacto que voy a entregarte. »Hazle al arca una tapa de oro puro, de dos codos y medio de largo por un codo y medio de ancho, y para los dos extremos de la tapa del arca harás dos querubines de oro trabajado a martillo. En cada uno de los extremos irá un querubín. Hazlos de modo que formen una sola pieza con la tapa del arca. »Los querubines deberán tener las alas extendidas por encima de la tapa del arca y cubrirla con ellas. Quedarán el uno frente al otro, mirando hacia la tapa del arca. »Coloca la tapa encima del arca y pon dentro de ella las tablas del pacto que voy a entregarte. Yo me reuniré allí contigo en medio de los dos querubines que están sobre el arca donde están las tablas del pacto. Desde la parte superior de la tapa del arca te daré todas las instrucciones que habrás de comunicarles a los israelitas”.
Inicio el presente artículo haciendo la siguiente pregunta, ¿son todos los milagros algo divino y sagrado? Usualmente encontramos asociada la palabra milagro a un acto espiritual, y si consideramos que es la iglesia quien define dichas apariciones como cercanas a algo divino, entonces este último elemento sería definitivo para muchos.
En esta línea de asignación milagrosa a la gran mayoría de fenómenos sobrenaturales, encontramos la explicación que entregó Juan Pablo II sobre la aparición de la Virgen de Fatima “el mensaje que se dio en Fátima en 1917 contiene la completa verdad del Evangelio”. Siguiendo con lo anterior, la opinión que el ex Pontífice hace de dicha aparición es concluyente, sin embargo hay elementos de la misma que podríamos analizar o al menos preguntarnos si fue realmente un hecho divino. “¿Porque un ser espiritual muy luminoso y bondadoso, se muestra con una espada de fuego en la mano izquierda y con una voz que hacía temblar?”. Para luego mostrarles pequeños niños, como Lucía, Francisco y Jacinta, quienes vivían en Fátima de Portugal, una gran revelación. Ante ellos parecía abrirse la tierra, y un mar de fuego con demonios y almas se reflejaron, horrible hasta para un adulto no creyente. Según la propia pastorcita Lucía, la única sobreviviente a tantas apariciones, describe en sus memorias el tremendo dolor, sufrimiento y agonía de aquellas imagenes le provocaron. Recordemos que Jacinta de siete años y Francisco de ocho fallecieron entre mil novecientos diecinueve y mil novecientos veinte, sobreviviendo solo Lucía que en ese entonces tenía diez años. Las demostraciones de fenómenos sobrenaturales llegaron incluso a más de cincuenta mil personas, en el llamado milagro del sol de la Virgen de Fátima.
Sin entrar en mayores detalles respecto de las apariciones marianas, sería interesante considerar los fenómenos descritos. En el año 1917 en Portugal, muchos menores no tenían acceso a educación y el trabajo infantil se había normalizado, siendo la religión un método de exaltación y de coerción ante el incumplimiento de los dogmas religiosos. Acaso no hubo negligencia en que aquellos pequeños, que hacían ayunos y penitencias prolongadas. Lo que sin duda ocasionaría el debilitamiento de su salud y por ende su precoz fallecimiento, ya que, sus pequeños cuerpos no pudieron soportar las epidemias de aquellos años. Sin duda ese fervor religioso de la comunidad y específicamente de los padres de los pastorcitos, actualmente sería considerado un abuso infantil y transgresión a los derechos fundamentales de los niños. Los cuales lamentablemente fueron consagrados el 20 de noviembre del año 1959 por las Naciones Unidas, aprobando la Declaración de los Derechos del Niño, es decir, muchos años posteriores a las apariciones.
En la línea de pensamiento de cuestionar los milagros, no podemos dejar de mencionar al gran investigador español Salvador Freixedo, ex jesuita, que consideró que aquellas manifestaciones, estarían alejadas de algo divino o sagrado. Siendo válida la desconfianza en tal calificación, señalando en su libro “El Cristianismo Un Mito Más”, lo siguiente, “Por ejemplo, las apariciones de Lourdes y Fátima, por muy oficialmente aceptadas que hayan sido por Roma, pueden ser o no aceptadas por el simple fiel, sin que esto lo haga reo del infierno”.
Intentar dilucidar otras fuentes de apariciones, a las que se les puede o no otorgar un origen sagrado es material de otro artículo sin duda. Es válido cuestionar la esencia de aquellos fenómenos sobrenaturales, ya que, algunos encuentros entre deidades y el hombre, fueron más allá de simples mensajes y demostraciones del Armagedón.
Algunas deidades o mega deidades, en su afán de contactar con el hombre fueron más lejos en sus peticiones y sacrificios. Exigiendo la creación de artefactos únicos que serían posteriormente considerados sagrados y hasta peligrosos, los que tenían un poder excepcional y que habían sido encargados por la mismísima deidad, bajo estrictas instrucciones y hasta planos divinos para su creación.
Nos remontaremos al siglo X a.c. apoyándonos en la arqueología bíblica; la llamada Arca de la Alianza es justamente el objeto que por definición simboliza la presencia divina. En su interior contenía las tablas de los diez mandamientos, las cuales tienen sus propios relatos históricos y hechos épicos sobrenaturales vinculados al patriarca Moisés y al pueblo de Israel.
El Arca de la Alianza, fue realizada bajo estrictas instrucciones dadas por el Dios mismo a Moisés, todos estos hechos ocurrieron en el Monte de Sinaí o monte “Horeb”, ubicado al sur de la península del mismo nombre. Actualmente los creyentes del Islam, el Cristianismo y el Judaísmo, consideran que en este lugar de más de 2000 metros de altura, se dieron cita Dios y Moisés. A los pies del Sinaí, está el Monasterio de Santa Catalina fundado hace más de 1500 años, dada su importancia y antigüedad este monasterio es considerado patrimonio de la humanidad. La importancia del Arca de la Alianza es la simbolización de la unión del hombre con Yahveh, también conocido como el Dios Jehová. Este artefacto luego de apoyar a los Israelitas en numerosas batallas contra otros pueblos, desaparece junto con la destrucción del templo de Jerusalén, en el reinado de Tito. Su actual paradero es desconocido, hay algunas teorías que intentan explicar su última morada, una de ella indicaría que está en Etiopia específicamente en la Iglesia de Nuestra Señora de Sion y, otra indicaría que fue guardada en túneles que estarían en la Mezquita de Jerusalén. En ambos lugares, tanto gobiernos, como científicos y arqueólogos; no han tenido acceso a derrumbar o confirmar si el artefacto sagrado estaría ahí.
Diseñando un Artefacto Divino;
El Arca fue construida de madera de acacia negra, la que estaba revestida por dentro y por fuera con láminas de oro puro de alta calidad. Sus medidas eran de 2,5 codos de longitud y de 1,5 de ancho y alto, si convertimos estas medidas a metros serían los siguientes; de un largo de 1,31m y 0,78m de alto y de ancho. Llevaba una guirnalda de oro puro que estaba ubicada en la parte superior de la caja, la que tenía a ambos lados, cuatro anillos de oro. A través de ella se insertaban dos varas de acacia, también recubiertas en oro. La tapa de esta caja o cofre se llamaba propiciatorio y sobre ella se encontraban dos ángeles de oro macizo. Que tenían las alas desafiantes formando un triángulo perfecto hacia el cielo, justo donde se posaría la gloria del Dios de Israel. Sobre el rostro de los querubines según el Exodo 25: 10-22, indica que miraban hacia el propiciatorio, por tanto nadie los podía ver. “¿Cual habrá sido el rosto de aquellos querubines?”, si volvemos al texto bíblico en la profecía de Exequiel lo que nos detalla sobre querubines realmente da escalofríos “Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas” hace también la descripción de la gloria de la deidad y de ella se desprenden nuevamente la figura de estos querubines. Simplemente pareciera que no tenían rostros humanos, y claro cómo sería posible si el mismo Jehová quería evitar la idolatría en su pueblo.
Cofre Poderoso; Este cofre sagrado permitió conquistar Canaán, abrió las aguas del Jordán y luego de pasearlo por siete días fuera de los muros de Jericó, estos cayeron ante el poder y la gloria de Israel.
Las características del diseño de este artefacto sagrado, lo hacían electromagnético y peligroso, hay registros bíblicos de aquellos hechos que resultaron en muerte para quien se aproximara demasiado por voluntad o mera casualidad. La importancia de ser en aquellos días sacerdote radicaba además de la dignidad y espiritualidad propia del cargo, en el hecho de que este podía acercarse y manipular el Arca, con protocolos muy estrictos.
Una de las tantas órdenes que Yahvéh dio a Moisés, se referían al Tabernáculo, el que sería una especie de templo para el objeto sagrado “Y harás también un Tabernáculo de telas finas para cubrir el Arca”. Y dijo Dios: “Yo te hablaré desde allí desde donde esté el Arca”
Fueron acaso los dioses que aportaron esta sabiduría y conocimiento científico para la creación de tales objetos, o todo lo descrito y las apariciones marianas muy posteriores, corresponderían a un mismo y único fenómeno. Aquel contacto entre deidades primigenias y el hombre al que otorgamos una interpretación religiosa con eventos milagrosos y sobrenaturales sagrados. Serán los avistamientos de ovnis tantas veces registrados, y aquellos encuentros del tercer tipo, el mismo fenómeno pero en milenios posteriores visto desde otra perspectiva cultural.
Al parecer su poder era increíble, de día y sobre el tabernáculo se posaba una nube negra como humo espeso. Aquella presencia divina era celosa con los intrusos, incluso el propio Moisés sabía que si aquella nube se posaba sobre el tabernáculo, ni él podía acercársele. Será que la comparación de una nube de día y fuego de noche, es similar a los avistamientos de ovnis en la época moderna, o que esta nube negra estaba constituida de espíritus violentos, esto lo analizaremos más adelante.
La Teoría del Condensador; ya describimos la caja o cofre de madera de alta calidad, recubierta en oro con dimensiones muy específicas. Luis Alfonso Gámez de la revista española “Hoy”, habla del objeto según su diseño como un condensador que almacena energía eléctrica, es decir con dos electrodos de un metal noble como el oro y que cubre madera, será esta la explicación más lógica sobre las mortales descargas del Arca. Por otro lado, el arqueólogo Leen Ritmeyer habló del Arca definiéndola como “la pieza de mobiliario más sagrada jamás fabricada”, pero fue solo sagrada y en verdad jamás emitió semejantes descargas eléctricas y mortíferas. En un antiguo blog de Ernesto Ibáñez un investigador, encontramos lo que podría derribar esta teoría, el indica que si bien un condensador eléctrico enorme si podría electrocutar a un ser humano. Las dimensiones que la propia arqueología bíblica nos entrega, no dan con esta capacidad de descarga y mucho menos podría matar a cientos de personas. Esto descartando el fenómeno sobrenatural de energía, el que acompañaba al pueblo de Israel de día y de noche. Sin embargo el propio investigador añade que el fenómeno del Arca debería ser analizado más allá de la física, añade además, que los materiales con que estaba construido el tabernáculo no fueron escogidos al azar. Primero la cubría una fibra de lino, luego una capa de pelo de cabra tejido y finalmente una de pieles de animales, todo esto generaba gran protección al Arca, que al parecer estaba emitiendo algún tipo de energía. Los metales de cobre, plata y oro que fueron usados en la construcción del Arca de la Alianza y del Tabernáculo, son todos no magnéticos, dejando por completo fuera los metales que estuvieran constituidos de hierro. El investigador añade, que este particular hecho de no utilizar el hierro como material en la construcción del Arca, también fue considerado en la construcción del Templo de Salomón (hijo de David) alrededor de 1500 a.c., ya que, no habrá sido utilizado el hierro en la construcción del templo ni de objetos sagrados, y acá surge la respuesta seudocientífica sobre la aversión que los seres sobrenaturales como demonios y otros más, sienten contra este metal. En este sentido y según la reflexión realizada por Ibáñez, no fue casualidad el desechar al hierro como metal. Siendo necesario permitir el acercamiento de aquellos seres del inframundo, recordemos que en tiempos de Salomón,el rey se hacía servir de entidades demoniacas y otras entidades más. Sacrificios que requeridos bajo estrictas normas de procedimiento, como si se tratara de un protocolo necesario para confirmar la adherencia ciega de sus seguidores. Además de obtener la energía suficiente que la deidad necesitaba para sus manifestaciones, y esta la obtenían por medio de abundante sangre, la que venía a ser un alimento divino por excelencia.
Del Arca de la Alianza, solo nos quedan los últimos registros en el antiguo Templo de Salomón, donde había permanecido intacta hasta su misteriosa desaparición. Los investigadores señalan los siglos X y VII a.c., como la fecha de su desaparición. Sin embargo El Arca de La Alianza no fue ni será jamás un objeto ordinario, es y será uno de los artefactos más poderosos de la historia.
En el año 2016, el Vaticano publicó un documento que hasta esa fecha habría estado oculto por más de 700 años. Este documento es la investigación oficial que hiciera la iglesia sobre Los Templarios y sus actividades. Según la leyenda los templarios durante las cruzadas rescataron y ocultaron el gran cofre y al volver a Inglaterra en el S.XII ya no se volvió a ver. Hasta ahora no existe un pronunciamiento especial al respecto por el Vaticano. El no tener certeza de su paradero, no será motivo suficiente para que tras miles de años de su desaparición, no nos siga llamando la atención la magnificencia del Arca. Un artefacto divino, único y jamás igualado en toda la historia.
Por ANDREA RÍOS