Primera Parte; The Witch Of Endor
Al hablar de la literatura de terror, generalmente pensamos en autores como Lovecraft con “La llamada de Cthulhu”, “El caso de Charles Dexter Ward”, “Los gatos de Ulthar” entre otras grandes obras del autor, y al gran Horace Walpole con “El Castillo de Otranto” ambos como referentes del género. Sin embargo, lo gótico o terrorífico no nace con ellos. Por no ser oficioso en este artículo, no citaremos a todos los grandes autores del horror contemporáneo, que ya forman parte del imaginario colectivo. Más bien, acudiremos a las fuentes primigenias del género.
El terror y lo sobrenatural, tiene orígenes que provienen del folclore y de aquellos miedos propios de cada época y cultura. Muchas creaciones de seres, ya sea mitológicos o más contemporáneos, provienen de los terrores a los que nuestros ancestros se enfrentaban. Estos, tuvieron que sobrellevar la oscuridad, las muertes prematuras de su familia, enfermedades inexplicables, fenómenos atmosféricos, y todo tipo de patologías psicológicas severas y mal comprendidas.
Basta recordar, aquella tradición popular no tan antigua de Latinoamérica, que habla del “Coco” el que se lleva a los niños desobedientes o que no se comían todo su alimento. Por supuesto están aquellos temores infundidos por un aspecto religioso, donde el cristianismo representó al bien y al mal, este último con temibles demonios y castigos. Todo esto pretendía corregir u orientar un comportamiento debido de cada niño o adulto. Tema que abordaremos en profundidad sobre otra gran fuente de terror, en la segunda parte de este artículo.
Nos referiremos al origen primigenio del terror, a aquellas fuentes anteriores a las grandes publicaciones y autores célebres. Siendo una de ellas, “La Arqueología bíblica”, tal como escuchan, una de las fuentes relevantes del género, de donde muchos autores han obtenido inspiración. Dicho lo anterior y a pesar que este punto podría generar ciertos resquemores, proseguiremos con esta interesante relación del terror y los escritos bíblicos.
En la actualidad, científicos, arqueólogos e investigadores, han reconsiderado a la “Arqueología Bíblica”, como un aporte a la disciplina, estudiando sitios del antiguo Oriente, particularmente de Tierra Santa. Llegó a convertirse en una disciplina de estudio arqueológico, y fue inicialmente financiada por la iglesia y por teólogos, su desarrollo máximo se dio inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial, aproximadamente en 1920. Recordar que en aquellos años, la Palestina estaba dominada por los Británicos, esto permitía grandes investigaciones en el territorio.
Está rama de la arqueología, fue reemplazada por la llamada Arqueología Procesual, ocurriendo a fines de los años 60. La arqueología Procesual, argumenta que, toda teoría o idea debe ser posible probarla o no significa nada, es decir aplicando un método científico. Sin embargo y en la actualidad, la Arqueología Bíblica, se ha vinculado con el entorno físico y los hechos relacionados, más que con un tema de carácter religioso.
Dicho esto, tanto la disciplina como este breve artículo, no pretenden confirmar ni refutar hechos bíblicos. Es innegable que la Biblia es una gran fuente de información y datos sobre la Región de Palestina, la que abarca un importante periodo, como la Era de Hierro de la humanidad. Los descubrimientos arqueológicos en los años 20 y 40, llevaron al hallazgo de los Rollos del Mar Muerto en Qumram en 1947, a cargo de un religioso francés De Vaux, esto como un ejemplo de esta disciplina y sus logros.
No es fácil la reconstrucción de la historia de la humanidad, ni menos confirmar o desmentir hechos bíblicos, sin embargo algunos acontecimientos del texto sagrado, tuvieron lugar en cierto tiempo y espacio. Un ejemplo de esto, fue el hallazgo de los nuevos fragmentos de Los Rollos del Mar Muerto, en la “Cueva del Horror” en Israel, lugar donde se encontraron esqueletos de 1900 años de antigüedad, de judíos que escaparon de Roma.
De este modo, y luego de más de 60 años, se vuelven a encontrar estos fragmentos, aproximadamente 20 pedazos de textos bíblicos de 2000 años de antigüedad escritos en griego. Esto fue en el desierto de Judea, lugar cercano a la ribera del Mar Muerto, los fragmentos componen el Libro de los 12 profetas menores. Las exploraciones iniciaron en el año 2017 y junto a los fragmentos ya descritos, aparecieron otros hallazgos.
Otro de los grandes hallazgos de arqueólogos israelíes, fue al encontrar los restos de una tinaja de 3000 años de antigüedad, en el año 2015. La inscripción data de la época del Rey David. La inscripción es del S X a.c, es decir, del Reino de Judea. La excavación fue en Khirbet Qeiyafa, cercana a la ciudad israelí de Beit Shemesh, en el Valle de Elah. Si todo esto nos parece muy lejano y desconocido, podemos señalar que en este lugar aconteció la gran y conocida batalla entre David y Goliat, donde el adolescente derrotó al gigante Goliat, demostrando su inteligencia, templanza y valentía, lo que lo llevaría a convertirse en el gran monarca.
Para ir concluyendo esta introducción sobre la Arqueología Bíblica, sus historias, y sus grandes hallazgos. Cabe señalar que, los arqueólogos encontraron el nombre de “Eshbaal”, que significa “hijo de” en idioma cananeo antiguo, el que gobernó Israel, en igual periodo que el del Rey David. Yose Garfinkel, investigador y científico a cargo de la excavación, confirmó que este político fue asesinado por decapitación ya que su relación con el monarca (David) no estaba en el mejor momento. Garfinkel, señaló que este nombre “Eshbaal”, si aparece en el texto bíblico además ratificado por la ciencia arqueológica.
Daremos paso a una de las fuentes historiográficas del terror, la que se ubica en igual periodo histórico que el hallazgo ocurrido recientemente y comentado en párrafo anterior. Para continuar con nuestro artículo y relato, seguiremos en el antiguo Reino de Judea, en momentos donde existía una evidente diferencia social y una poderosa elite dominante. Nos remontaremos al periodo del génesis bíblico, donde encontraremos interesantes citas y referencias, que dan cuenta de la existencia de la brujería, nigromancia y hechicería.
Uno de los relatos más destacados, lo encontramos en Samuel 28:3-25 “Y consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas. Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene espíritu de adivinación…”
En este versículo del antiguo testamento, se relata la odisea que vive un afligido y turbado rey Saúl, rey de Israel. Cuando el rey Israelita vio el campamento de los Filisteos sintió gran temor, pues sabía que su ataque era inminente. Ya anteriormente y en conformidad al Deuteronomio, otro libro de igual data, el monarca había arrojado de la tierra de Israel a brujos, adivinos y médiums, por tanto, y poniendo en contexto la situación. La relación de Saúl y Jehová no estaba en su mejor momento, tanto así, que el mismo se queja que ni en sueños ni por profetas le responde Jehová, actualmente podríamos hablar de un ghosting divino.
La hechicera de Endor, vivía hacia el norte de la colina de Moré, y era accesible a pesar del asedio de los Filisteos, enemigos de Israel en ese entonces. Sin duda que el actuar del Rey Saúl en traer a su reino a semejante hechicera, le traería graves consecuencias.
Jehová, el Dios de Israel, le había hablado claramente de cuál era su posición frente a los hechiceros, lo encontramos en Levítico 20:6 “La persona que atendiere a encantadores o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra tal persona, y la cortaré de entre su pueblo.”
Básicamente Saúl, pidió a la bruja de Endor, que lo comunicara con el fallecido profeta Samuel, a quien el rey tenía gran respeto. Samuel, fue un gran profeta que vivió antes de Cristo, y nació aproximadamente en el año 1100 a.c en Ramá. Este profeta dada su autoridad y prestigio en su pueblo, realizó actuaciones legislativas, ordenando temas de antiguas prohibiciones matrimoniales entre amobitas, israelitas y amonitas, resolviendo finalmente, que las mujeres podían contraer matrimonio con judíos, sin duda actuó y fue un Juez para el pueblo de Israel o un sabio jurista. Si este profeta habló por medio de la bruja de Endor con Saúl, será siempre un tema para debate y sometido a diferentes interpretaciones, para algunos se trataría de entidades demoniacas y no del mismísimo Samuel, para otros simplemente jamás ocurrieron tales acontecimientos.
“Y habló aquella mujer a Saúl, diciendo: ¿Por qué me has engañado? pues tú eres Saúl: La adivina también está sorprendida porque ahora ella sabía que había practicado su oficio delante del mismo rey que había expulsado a todos los adivinos y espiritistas de Israel.”
La Bruja de Endor, es quien le descubre en su engaño y le recrimina el hecho, ya que el cómo monarca, se había encargado de desterrar a todos los hechiceros del reino y, luego la busca para que le contacte con Samuel el profeta, olvidando lo que ya se había establecido para todos en el reino la prohibición de consultar a brujos. De cierta forma tenía sentido la molestia de la hechicera, esto nos habla de la personalidad del monarca, dejando ver lo errático de su actuar.
Por otro lado, vemos que en el antiguo Testamento, miles de años antes del nacimiento de Cristo, ya existían médium o nigromantes que se comunicaban con muertos, tal como ocurre en estos días. Luego de miles de años, las médiums, o brujas, siguen siendo consultadas, por quienes buscan una respuesta que no obtienen de Dios, de sí mismos, o de sus atribulados corazones.
Jamás sabremos, si realmente fue el profeta quien habló a Saúl, si podemos indicar que en los textos de la arqueología bíblica, la magia, brujería, nigromancia, son parte de la existencia del hombre miles de años antes de Cristo. Estos relatos sean sagrados o apócrifos, muestran el contacto del hombre con la oscuridad y la magia que es de antaño. Aquellos seres que vuelven de la muerte y de quienes contactan y trabajan con ellos, mediante la nigromancia, brujería o hechicería.
Quizás, y esto solo a modo de resumen, aquella prohibición de no contactar con brujas, pretendía alejar a todo un pueblo de una realidad terrorífica y maligna que no comprendían. El ego del hombre, necesita doblegar las influencias demoniacas, las que no son comprensibles para él.
Aquella antigua prohibición de la arqueología bíblica, deja en evidencia que la brujería no es un tema del medioevo, la hechicera malvada y desterrada, que utiliza pócimas para sus encantamientos y para conjurar a demonios y muertos. La podemos encontrar en el antiguo Egipto y en Babilonia, posteriormente, en la Ley Cornelia o lex Cornelia Roma, donde se prohibió que practicaran sus actos y sacrificios. Así como en tiempos bíblicos, su práctica fue condenada a muerte, y en la mitología griega la encontramos con la gran bruja Circe.
Sin duda, todas ellas deben su título de gran bruja o hechicera, a la bruja de Endor, a quien deben su reputación y maleficios, aquella que siendo desterrada, fue llamada por el propio rey para invocar a los muertos.
Continuará…
Por ANDREA RÍOS